Si ha pedido un préstamo o financiado una compra, no es raro que se encuentre en situación de impago.
La reclamación está condicionada a la existencia de una deuda monetaria específica, líquida, ganada e indispensable.
Para completar con éxito el proceso de reclamación de una deuda o préstamo, todo debe estar bien documentado.
Hay que tener en cuenta que, además de las condiciones exigidas para la deuda, existen plazos para reclamarla, y una vez transcurridos estos plazos, ya no es posible reclamar la deuda (prescripción de las obligaciones).
El proceso comienza con una reclamación extrajudicial, seguida de una reclamación judicial y, por último, la ejecución de la sentencia. En los casos extrajudiciales, es esencial intentar cobrar la deuda de forma amistosa, enviando una petición al deudor y dándole un plazo breve para el reembolso, advirtiéndole al mismo tiempo del riesgo de acabar en los tribunales.
Cuando falla la vía amistosa, sólo queda la vía judicial. Nuestros expertos se encargarán de todo el proceso.
Si el demandado se niega a cumplir el laudo, nuestro Despacho formalizará la ejecución del mismo.
